por Dra. Yalixtzin Madriz Esturo
En el día a día de mi práctica clínica es frecuente encontrar mujeres que tras sus partos dejan de asistir a las revisiones ginecológicas pensando, erróneamente, que con el fin de la etapa reproductiva éstas dejan de ser necesarias. Nada más alejado de la realidad.
La menopausia no es una enfermedad, es una etapa que puede representar un tercio de nuestra existencia. Sin embargo, los cambios hormonales que la caracterizan pueden afectar nuestra salud.
El acudir a consulta de forma periódica, le ofrece al médico ginecólogo, la oportunidad de identificar factores de riesgo para la aparición de enfermedades, la realización de un examen físico completo, así como la posibilidad de indicar pruebas complementarias necesarias.
La menopausia no es una enfermedad, es una etapa que puede representar un tercio de nuestra existencia.
Una atención especializada, iniciada de forma temprana, se ha relacionado con una mayor sensación de bienestar. La prevención y el tratamiento en fases iniciales de las enfermedades cardiovasculares, la osteoporosis, la obesidad, la atrofia de órganos genitales, así como del cáncer genital y de mama son los pilares del abordaje integral que persigue el estado saludable de la mujer.
